La octava ley educativa de la democracia, la Lomloe, se va a aprobar este miércoles por la tarde por el Pleno del Senado para entrar en vigor a mediados de enero sin que previsiblemente se incorpore ninguna de las 647 enmiendas presentadas. Las tres propuestas de veto presentadas por el PP, UPN y Ciudadanos han sido rechazadas. La Cámara Alta dará el visto bueno al texto gracias a la alianza que ha establecido el PSOE con ERC y el PNV sin oír a la comunidad educativa, sin un debate sosegado y sin incorporar ninguna modificación del resto de partidos para que no tenga que volver al Congreso. Se enterrará así cualquier atisbo de protesta social durante las vacaciones de Navidad. El año que viene, las quejas estarán olvidadas y la norma se aplicará de forma desigual, en función del signo político de las distintas comunidades autónomas.
La reforma educativa ha desgastado al Gobierno por la fuerte contestación ciudadana que ha generado tras radicalizarse la norma a su paso por el Congreso para complacer las demandas de Unidas Podemos y satisfacer las exigencias de los partidos nacionalistas a cambio de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado. Entre otras cosas, el nuevo articulado retira la mención al castellano como lengua vehicular de enseñanza y oficial del Estado; asfixia a la escuela concertada (donde estudia el 25% del alumnado); rebaja la exigencia académica al permitir dar el título de Bachillerato con un suspenso, y merma el control del Estado al dar más competencias a las comunidades autónomas, suprimir las evaluaciones estandarizadas o quitarle peso a la Inspección.
Durante seis horas, todos los partidos de la oposición menos los nacionalistas han reprochado, uno a uno, al partido en el Gobierno de coalición la "falta de consenso" recabado, menor incluso que el que alcanzó la denostada Ley Wert, y la precipitación con que se ha tramitado en plena pandemia.
El texto, que ni siquiera ha sido analizado nunca por el Consejo de Estado, fue aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 4 de marzo, pocos días antes de que se declarara el confinamiento por el Covid-19. El Congreso lo aprobó el 19 de noviembre y en el Senado no ha estado ni siquiera un mes, a pesar de que la Comisión de Educación se fijó hasta el 25 de febrero para tramitar el proyecto de ley.
Los senadores del PP, Ciudadanos, Vox y UPN han reprochado al Gobierno su "prepotencia", "soberbia", irresponsabilidad" y "desprecio al Senado" por una "tramitación atropellada". En frente, los parlamentarios del PSOE han argumentado que la norma "corrige las deficiencias de la Lomce" y establece que "todos los alumnos y alumnas son igualmente válidos". "Es una revolución", ha sentenciado el socialista José María Oleaga.
"Son ustedes destructores de la convivencia, de la libertad, del acuerdo, de todo lo que hemos construido durante 40 años", ha denunciado el popularPablo Ruz, acusando al PSOE de "demoler todo lo que la democracia supone" y afeando al PNV haber mantenido "un silencio cómplice", pues este partido siempre había defendido a la escuela concertada. "Pasarán a la Historia del sectarismo y de la vergüenza parlamentaria. Han pasado del talante de Zapatero al talante bolivariano", ha señalado Alberto Catalán, de UPN. "Se desvirtúa el papel del Senado", ha recalcado José María Marín, de Vox. "No son conscientes del paso que supone esta ley, a la que se ponen dos millones de firmas y un manifiesto firmado por 80 intelectuales en defensa del castellano", ha apuntado Lorena Roldán, de Cs.
Pero también partidos con postulados ideológicos distintos han planteado críticas parecidas. "No nos gustan las maneras y formas de tramitar esta ley. El Senado es la cámara de representación territorial y también de segunda lectura. Pero ni segundas lecturas ni nada, hoy vamos a desprestigiarla", ha lamentado la senadora de JxCat Assumpció Castellví. Eduardo Fernández Rubiño, de la Izquierda Confederal: "No nos gusta el papel que se le concede a esta cámara porque no se debaten las enmiendas. Han hurtado al Senado la capacidad de debatir leyes, es una enmienda a la totalidad de esta Cámara. Si no les gusta, planteen una reforma integral del Senado, porque el sueldo nos lo pagan los españoles".
El debate de las enmiendas y de las tres propuestas de veto presentadas por PP, Cs y UPN les ha servido a los senadores para hacer una reflexión general sobre la utilidad del Senado. Se ha hablado mucho del castellano pero poco de educación. La sensación que deja la Ley Celaá es agridulce, porque a nadie salvo el PSOE le acaba de convencer. "No llega tan lejos como nos hubiera gustado", ha indicado Fernández Rubiño. "No es la ley que yo hubiera deseado", ha dicho, igualmente, Adelina Escandell, de ERC. "Se ha tramitado muy rápido, lo que ha complicado el trabajo de los partidos pequeños. La Lomloe no es nuestra ley, no es la ley que querríamos", ha recalcado Rosa Peral, del PNV, que previsiblemente votará a favor porque "refleja" algunas de sus demandas.
La reforma educativa ha desgastado al Gobierno por la fuerte contestación ciudadana que ha generado tras radicalizarse la norma a su paso por el Congreso para complacer las demandas de Unidas Podemos y satisfacer las exigencias de los partidos nacionalistas a cambio de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado. Entre otras cosas, el nuevo articulado retira la mención al castellano como lengua vehicular de enseñanza y oficial del Estado; asfixia a la escuela concertada (donde estudia el 25% del alumnado); rebaja la exigencia académica al permitir dar el título de Bachillerato con un suspenso, y merma el control del Estado al dar más competencias a las comunidades autónomas, suprimir las evaluaciones estandarizadas o quitarle peso a la Inspección.
Durante seis horas, todos los partidos de la oposición menos los nacionalistas han reprochado, uno a uno, al partido en el Gobierno de coalición la "falta de consenso" recabado, menor incluso que el que alcanzó la denostada Ley Wert, y la precipitación con que se ha tramitado en plena pandemia.
El texto, que ni siquiera ha sido analizado nunca por el Consejo de Estado, fue aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 4 de marzo, pocos días antes de que se declarara el confinamiento por el Covid-19. El Congreso lo aprobó el 19 de noviembre y en el Senado no ha estado ni siquiera un mes, a pesar de que la Comisión de Educación se fijó hasta el 25 de febrero para tramitar el proyecto de ley.
647 enmiendas rechazadas
El PP había planteado 184 enmiendas, así como un veto a la totalidad mientras que Ciudadanos había presentado 59 y otro veto, al igual que el Grupo Mixto (UPN), con 150 enmiendas. El Grupo Nacionalista también había registrado 72 modificaciones y, en el caso de la Izquierda Confederal, habían sido 181 cambios. Algunas de las propuestas recogían cambios para proteger mejor el castellano como lengua vehicular de la enseñanza, que recientemente acaba de reconocer en una sentencia el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, o dar más valor a las Humanidades.NO SE HAN AGOTADO LOS PLAZOS
La mayoría socialista va a rechazar todas y cada una de las 646 enmiendas, y ni siquiera tendrá en cuenta cinco transaccionales de carácter técnico acordadas entre PP, Ciudadanos, UPN, JxCat y Más País para impulsar la Ética, el Latín y la Cultura Clásica, poner en valor el papel de los profesores o potenciar la existencia de hermanos en el centro como criterio prioritario de escolarización.Los senadores del PP, Ciudadanos, Vox y UPN han reprochado al Gobierno su "prepotencia", "soberbia", irresponsabilidad" y "desprecio al Senado" por una "tramitación atropellada". En frente, los parlamentarios del PSOE han argumentado que la norma "corrige las deficiencias de la Lomce" y establece que "todos los alumnos y alumnas son igualmente válidos". "Es una revolución", ha sentenciado el socialista José María Oleaga.
"Son ustedes destructores de la convivencia, de la libertad, del acuerdo, de todo lo que hemos construido durante 40 años", ha denunciado el popularPablo Ruz, acusando al PSOE de "demoler todo lo que la democracia supone" y afeando al PNV haber mantenido "un silencio cómplice", pues este partido siempre había defendido a la escuela concertada. "Pasarán a la Historia del sectarismo y de la vergüenza parlamentaria. Han pasado del talante de Zapatero al talante bolivariano", ha señalado Alberto Catalán, de UPN. "Se desvirtúa el papel del Senado", ha recalcado José María Marín, de Vox. "No son conscientes del paso que supone esta ley, a la que se ponen dos millones de firmas y un manifiesto firmado por 80 intelectuales en defensa del castellano", ha apuntado Lorena Roldán, de Cs.
Pero también partidos con postulados ideológicos distintos han planteado críticas parecidas. "No nos gustan las maneras y formas de tramitar esta ley. El Senado es la cámara de representación territorial y también de segunda lectura. Pero ni segundas lecturas ni nada, hoy vamos a desprestigiarla", ha lamentado la senadora de JxCat Assumpció Castellví. Eduardo Fernández Rubiño, de la Izquierda Confederal: "No nos gusta el papel que se le concede a esta cámara porque no se debaten las enmiendas. Han hurtado al Senado la capacidad de debatir leyes, es una enmienda a la totalidad de esta Cámara. Si no les gusta, planteen una reforma integral del Senado, porque el sueldo nos lo pagan los españoles".
UNA LEY QUE NO CONVENCE A NADIE
La propia Castellví ha achacado que no se acepte ninguna enmienda a "un acuerdo de partidos", dando a entender que las medidas de la Ley Celaá están condicionadas a los Presupuestos, que precisamente se aprobaron este martes en el Senado tras unos trámites que han sido simultáneo.El debate de las enmiendas y de las tres propuestas de veto presentadas por PP, Cs y UPN les ha servido a los senadores para hacer una reflexión general sobre la utilidad del Senado. Se ha hablado mucho del castellano pero poco de educación. La sensación que deja la Ley Celaá es agridulce, porque a nadie salvo el PSOE le acaba de convencer. "No llega tan lejos como nos hubiera gustado", ha indicado Fernández Rubiño. "No es la ley que yo hubiera deseado", ha dicho, igualmente, Adelina Escandell, de ERC. "Se ha tramitado muy rápido, lo que ha complicado el trabajo de los partidos pequeños. La Lomloe no es nuestra ley, no es la ley que querríamos", ha recalcado Rosa Peral, del PNV, que previsiblemente votará a favor porque "refleja" algunas de sus demandas.
El PSOE aprueba definitivamente la Ley Celaá gracias a ERC y el PNV y sin incorporar ninguna enmienda en el Senado
La octava ley educativa de la democracia, la Lomloe, ha quedado este miércoles aprobada de forma definitiva para entrar en vigor a mediados de enero tras lograr el aval del Pleno d
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